Caminante, hay millones de caminos, ¿cuántos te gustaría recorrer este año? Porque el camino se hace al andar, pero también al rodar, vale todo. ¿Sabías que este 27 de septiembre es el Día Mundial del Turismo? Y este año, el debate se centra en la necesidad de impulsar un turismo sostenible que vele por los intereses de las personas sin olvidar los del planeta. Un turismo que continúe siendo motor económico, pero que respete los barrios y a sus vecinos. Un turismo que apueste por el consumo local de los lugares visitados y que respete el entorno. Un nuevo turismo.
Desconectar, aprender, hacer amigos, probar platos nuevos, descubrir otras culturas, relajarse… los beneficios de viajar son inmensos y ¡sorpresa!, no hace falta ir demasiado lejos para disfrutar de ellos. Dos semanas siguiendo los pasos Livingstone, recorriendo el río Zambeze y haciendo noche en islas fluviales mientras se escuchan los ruidos de elefantes, leones e hipopótamos puede ser maravilloso, sí, pero quizá no alcance de cualquier bolsillo.
Eso sí, siempre se puede dejar el safari africano para más adelante y apostar por destinos más cercanos, por ciudades repletas de historia y pueblos que nos reconcilien con la vida tranquila. ‘Turismo y transformación sostenible’ es el lema bajo el que se celebra el Día Mundial del Turismo este año. Un reto que necesita de planificaciones y políticas a largo plaza, pero ¿qué podemos hacer nosotros para empezar el cambio? Aquí van un par de ideas.
Respeta a los lugareños de aquellos lugares que visites. Si vas a casa de alguien no abres la nevera y posas los pies encima de la mesa, ¿verdad? Pues apliquemos el mismo decoro con pueblos y ciudades.
Apuesta por la economía local. Comer en un pequeño restaurante y comprar en una tienda de barrio no solo genera riqueza en la población, también contribuye a que los comercios de toda la vida no terminen convertidos en franquicias. Así evitaremos también que llegue un día en que el centro de Oporto y el de Estambul ofrezcan exactamente lo mismo.
Los lugares masificados no son los únicos que merecen una visita, es decir, aunque el 90% de la población tenga una foto es esa cala secreta que ya no lo es tanto, seguro que otros lugares a priori menos concurridos pueden brindarnos una experiencia igual de gratificante (o mucho más, si no tenemos que hacer dos horas de cola por un brunch).
¡Feliz viaje!