El Cúa hace parada para que los lugareños (y cada vez más turistas) se refresquen en una de las mejores playas fluviales del Bierzo. Piñera de fondo, un puente romano y un monasterio declarado Monumento Histórico-Artístico en el año 1982 enmarcan la belleza de una localidad donde, por cierto, se come de lujo. Antes de elegir menú, ¿una tapina de pulpo, un auténtico ceviche peruano o una deliciosa hamburguesa de ternera ancaresa?, toca adivinar el destino.
¡Viajeros de Linecar! Hoy venimos juguetones: ¿os apetece un reto? Vamos a describiros un lugar al que nos escapamos con nuestros autobuses y, si lo adivináis antes de tiempo, sois oficialmente máster del viaje rural.
Recordemos las pistas:
- Primero, hablamos de un lugar que alberga un monasterio que parece sacado de un libro antiguo, de esos que te hacen caminar más despacio para no romper la magia.
- Segunda pista: su playa no es de mar, pero tiene arena, solecito y agua fresca que corre entre montañas.
- Tercera pista: en verano es uno de esos sitios donde la vida va un poquito más despacio… y qué bien sienta.
- Cuarta pista: estamos muy, muy dentro del Bierzo. Sí, ese Bierzo que sabe a naturaleza y tradición.
A los pies de Ancares y con una buena y variada oferta hostelera, en esta población podemos degustar desde un rico pulpo al estilo gallego en un mesón tradicional hasta los platos peruanos más innovadores y sabrosos en un auténtico molino. ¡Y ojo! Porque la carne sin aditivos y criada en estas montañas sabe de maravilla en la fabulosa hamburguesa de un dinner que parece sacado de la América de los cincuenta.
Y sí, puede ser que el verano sea, como casi siempre, la época del año con más ambiente, pero el invierno ofrece placeres no tan ocultos. Rutas de senderismo en plena naturaleza y para todos los niveles, una estupenda ronda de vinos por los bares de la localidad, casas rurales para desconectar a la lumbre con un buen libro y excursiones por los encantadores pueblos vecinos.
¿Lo tienes ya? ¿No? Hablamos de Vega de Espinareda, un pueblo a tan solo 25 minutos de Ponferrada que te enamorará al instante. El lugar perfecto para comer bien y perderse entre senderos, castros y rincones que no aparecen en los mapas turísticos más masificados.
¿Nos vamos? Sube, elige tu asiento favorito y deja que el paisaje haga el resto. Porque a veces, el mejor destino es aquel que aún no sabías que necesitabas.
¿Próxima escapada? ¡Seguiremos jugando a ‘Adivinas el destino’!
